Mis queridos hijos: al aproximarse, de nuevo, mi cumpleaños, leo y releo la poesía que me dedicó Isabel María en mi jubilación, preciosa poesía que leo y releo todos los días y todos los días me emociono. Quiero dejar constancia de ella en este Blog que os dedico. Os quiero muchísimo y me siento una privilegiada por ser vuestra madre.
SESENTA JAZMINES
Para mi madre con todo mi cariño
Dulce hora de un invierno
de álgido rostro frío,
estrella fulgente y veloz
destello radiante y perdido.
Es tu canto nuestro himno
es tu amor nuestro anhelo
son tus manos el cariño
que acompaña nuestro vuelo.
Son sesenta los jazmines
desprendidos por la brisa
y son sesenta los suspiros
que la noche amarga eclipsa,
sesenta los caminos
que la vida te regala
porque el tiempo es el futuro
y el pasado, cruel bengala.
Blanca fue tu aurora
y blanca es tu senda,
blanco fue tu amor
y blanca fue la huella
del hombre
que un día dejó, brillante,
su blanca y radiante estela.
Prende de tu eterna pureza
las tiernas ramas que nacen
y cubre de nobles besos
la incipiente y pueril alcurnia
que entre nosotros se esparce.
Generosa vida,
fecunda existencia,
sueño altruista,
peculiar apariencia,
cariño infinito,
madura inocencia,
corazón
inundado,
de tierna vivencia,
nostalgia constante,
con pasado y sentencia,
arte aplastante,
ejemplar docencia,
pensamiento curtido
divertida presencia
eterno coraje,
y pura, latente, viva y esencial…….TU ESENCIA
Isabel Azañón Agüera
(Cuando dice, al principio, dulce
hora de invierno, se refiere a mi nacimiento que fue en enero)