MIS TESOROS

MIS TESOROS
ISA, RAMÓN Y BELÉN

jueves, 30 de abril de 2015

Veinticinco aniversario de papá


Hoy, treinta de abril de 2015, para vosotros y par mí,queridos hijos, por muchos años que se repita esta fecha, nunca será un día cualquiera. Por eso,  mi recuerdo, expresado en las mejores palabras que sé y que me salen del alma.

Han pasado veinticinco años y me parece que fue ayer.. Mis ojos, nubes  preñadas que de lágrimas regaron caminos, vuelven a ser borrasca hoy de nostalgias y recuerdos. Aquel pueblo de nuestro encuentro, las tormentas, los paraguas, los charcos, las goteras... Tú y yo, pobres de todo; tú y yo, ricos en  amor; tú y yo, dichosos con nuestra nada, vivíamos en plenitud la lluvia en los otoños, y los trigueros en las primaveras, y las espigas y las eras en los veranos...
Tú y yo hicimos de nuestras vidas tal aleluya que,  tras veinticinco años ya de aquel adiós sin retorno, puedo escucharte, puedo verte superpuesto  en el cuadro vivo de los días.
Sí, yo sé que eres tú, sonrisa que me mira y eres tú, lluvia limpia aire fresco que cala mi alma esta madrugada,  y eres tú, nostalgia  en las flores marchitas de un ayer que es hoy en el almanaque de mi alma.
Y tú eres yo, poema de amor escrito en el cálido aliento de los instantes que me nacen, que me palpitan, que me llevan... no sé a dónde, pero es tu amor lo que respiro, y es tu amor  el que me llama, y es amor... ¡si, si, amor! lo que me ríe y me llora.
Amor palabra izada de bandera en el cuadro vivo de cada día  donde superpuesto yo te descubro. Tu recuerdo, sigue siendo  flujo y reflujo en lugares, palabras, silencios...   Tu recuerdo no es un ayer muerto en la precoz hora de azahares y jazmines.  ni es aquel beso postrero que dibujó en mis mejillas  el blanco pañuelo de tus labios en el terminal suspiro que exhaló tu alma. 
Tu recuerdo es... sí,  realidad de unos hijos buenos,  y es   mirada rutilante que son los ojos ingenuos de nuestros nietos. Y tu recuerdo es la hoja que  cae, y el tren que pasa, y  es el arrullo  eterno de  las alboradas y crepúsculos,  y es el viento que agita mi cortina cuando sola te presiento en este aliento de vida que palpita  cálido junto a mí.


Ven, amor, a este silencio
de monte y viento.

Ven, aquí, junto al pozo,
bajo el árbol grande
que fue semilla en tus manos.

Ven, que yo, niña obediente,
te vengo a buscar,
porque tú, ¿lo recuerdas?,
mil veces, me lo ordenaste:

Cuando me vaya, justo allí, volveré.
En el pozo, bajo el árbol,
Espérame



martes, 28 de abril de 2015

La caída de Goliat

Queridos hijos: Hoy quiero compartir con vosotros este artículo porque no me gustaría que os dejaseis llevar por  noticias, comentarios, fruto  de poca sensibilidad hacia el árbol caído del que jamás hay que  hacer leña.

DIARIO CÓRDOBA/OPINIÓN
28/4/2015
Tras contar a los alumnos la historia de David y Goliat, una niña me preguntaba: ¿y por qué era gigante? ¿y por qué era malo? ¿y por qué lo mataron? ¿y por qué sus amigos no lo defendieron?
Hoy, cuando el escándalo Rato copa medios, corros y corrillos, las preguntas de aquella niña me crecen y se me multiplican. No creo que alguien pueda interpretar este artículo ni de político, ni mucho menos como justificación de un delito, pero dadas por descontadas estas obviedades, quiero hacer en voz alta una reflexión acerca de tan lógicas interrogantes: ¿quién le dio a este señor tanto poder y no lo vigiló? ¿Y por qué hoy lo abandonan sus amigos e incluso hacen leña, astillas de este Goliat caído?
Preguntas muchas que, por supuesto, casi todos podemos contestarnos e incluso condenar al fuego eterno, pero hay algo que sí me toca las fibras más sensibles: soy hombre, mujer y nada humano me es ajeno ni por bueno ni por malo. Hay una frase de un escritor mexicano que dice: Cada ser humano es un ritmo propio en el universo, frase que viene a decir otra que me resulta increíblemente bella: Cada uno de los átomos de carbono que componen el cuerpo de las personas y el nuestro se formó en el corazón de una estrella.
No puedo afirmar ni negar lo que puede haber de cierto o de poético en esto, pero realmente me siento hermanada con cada pequeña estrella que luce en el universo.
Y es por ello que no me alegro, ni brindo con champán con las desgracias de alguien y las súper repetidas imágenes de este señor, llamando en el portero de su casa, rodeado, acosado, insultado, humillado... me emocionan y sé qué difícil puede ser entenderme. 
Todo delincuente merece un juicio y una condena ejemplarizante, pero todo delincuente sigue siendo un ser humano, una tal vez muy pequeña estrella. que podemos apagar definitivamente en ese universo de todos, con nuestros impulsos ciegos de odio y deseo de venganza. 
Sí, yo también odio el delito pero compadezco al delincuente.
¡Ojala, mis queridísimos hijos,al menos vosotros, me entendáis! Os quiero.



domingo, 5 de abril de 2015

Resucitad cada día



Sí, hijos, que cada día me sorprendéis  hasta en los más recónditos lugares con palabras de cariño y bondad. Hoy lejos de Córdoba, con la luna  sobre el mar por escenario, cuando la Semana Santa eclosiona en Pasos, saetas, inciensos... yo me remonto ya al  domingo de Resurrección y quiero dedicaros el monólogo que  me brota, fluido  e imparable, al recordaros  y recordad cuánta emoción me produce cada año la celebración de este día que  hoy, entre brisa marina, gaviotas, silencio de una playa en calma total, me trae memoria más intensa que la imagen o el timbre de miles de voces. Son mensajes profundos que sólo yo conozco y que me provocan incontrolables deseos  de elevarme de esta `playa a la búsqueda de un eterno abrazo con el universo. ¡Qué paz! ¡Qué amor! ¡Qué misterio! Una leve caricia noto correr por mis mejillas... ¿lagrimas? Pueden ser, pero esta vez de emoción por haber tenido fuerzas para superar momentos difíciles. También  de alegría por estar aquí con todos vosotros, mis hijos y nietos, con la luna, con un silencio que es potente eco de recuerdos, celebrando ya esa maravilla que somos, cuando definitivamente nos sentimos resurgir como criaturas nuevas, tras cada noche de lúgubres pesadillas, tras cada evento que nos sumerge en dolor y apatía.
¡Qué felicidad mirar al cielo y comprobar que siguen los astros, y que la Osa Mayor permanece inmutable,  juguete eterno de mis sueños. También yo sigo existiendo y saboreo con placer mi constante resurrección, mi decidido esfuerzo de levantar la loza de tan múltiples sepulcros como a veces tratan de ahogar las ilusiones de mi alma. Pero lo importante es la paz que conduce mi barca por las aguas tranquilas  donde la fe amansa tempestades y resucita muertos.. Queridos hijos, asistid conmigo a este maravilloso parto de la luna. Allí donde estéis mirad al cielo, levantaos, caminad,  dejando atrás  los despojos muertos que yacen en nuestro interior.  El ayer ya no es hoy, y  hoy, nada más abrir los ojos, tuve miedo de haberos perdido, pero no: seguís vivos
Haciendo caminos y rompiendo silencios. Algo me guía por los azules vientos.